martes, 10 de noviembre de 2009

CRONICA DE UNA EXPEDICION POLAR




Dia 8 de Noviembre de 2009;
7:00 de la mañana

Un frio espantoso se alia con la oscuridad en el aparcamiento del Pabellon Marta Dominguez; estoy deseando que se abra la puerta del autobus, para poder dejar de pasar frio, y dedicar el trayecto a descansar todo lo que no he podido dormir, durante la pasada noche, imaginando que bonitos paisajes podre contemplar al dia siguiente.
Por fin encuentro un asiento a mi gusto; parece que algunos compañeros se han arrepentido en el ultimo momento, al parecer por varios comentarios que habian oido en diversos medios de comunicacion referentes al posible mal tiempo que podria reinar en la zona; yo sin embargo no me lo habia planteado, ya que si fuera cierto, seguramente la excursion se habria suspendido; y al fin y al cabo esto es la Escuela de Aventura, ¿no?.
Mientras mi cabeza se funde en estos pensamiento ya casi estamos en camino; apenas oigo las ultimas indicaciones de los monitores, cuando el sueño me invade, me hace relajar tanto mi cuerpo que decido no luchar contra ello y me dejo a su mercedm, confiando en despertar con energias renovadas......
- Uff, que dolor de cuello,....ehh Perdona,
le digo amablemente a mi compañera de asiento mientras me incorporo de su hombreo, aun abotargado y con un horrible dolor de cuello, por la mala postura, que me ha provocado tanto traqueteo por estas carreteras tan sinuosas.
Mientras ocurre esto, el vehiculo se detiene con suavidad y me apresuri a limpiar con la maga de mi chaqueta, el cristal de la ventana, para poder ver el exterior, que asombrosamente esta todo nevado; ¡vaya regalo! quien lo iba a esperar; me apresuro a bajar del autobus, y recibo una gustosa bocanada de aire fresco en mi cara, que me hace revivir por momentos, no veo el momento de comenzar esta nueva aventura para mi; no estoy seguro de haber traido el material que me indicaron los monitores pero, creo que podre adaptarme.
Comenzamos a andar y siento una cierta torpeza en mis extremidades que me hacen añorar la comodidad del asiento del autobus y la condescendencia del hombro de mi compañera de viaje; de repente una rafaga de viento que casi me hace caer al suelo me transporta de nuevo a la realidad, y me doy cuenta que nos encontramos en medio de la nada rodeados de nieve, que es impulsada por el viento, creando nubes que dificultan nuestra visibilidad; ¿Estaremos persidos?....

2 comentarios:

  1. Si señor! Una narración muy chula, sino llega a ser por los problemas logísticos, hubiera sido un día de autentica "aventura".

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  2. ¡¡¡Ahí, ahí, con un par... con un par de polainas!!!... Enhorabuena Aventureros!!!... Saludos Esgalleros!!!

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